Día 16: Despedidas y Edimburgo (again)
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Firstly some words in English These past three days have been incredible. While I was at the train to Edinburgh I was afraid of how it would be living with “other family”. The fact is that after being with you all I just feel like I want to be in those “happy family” photos. You have made me feel like one of yours… Thank you!

I have had the best cooker, the best driver, the best guide and… the best Sra. B. Thank you all for your time, efforts and patience. Also thank you for being that smile I saw when I woke up in the morning, for repeating a word three times (or more) before I got it, for being just like you have been.

I have learnt many things, but the less important has been the language. You have showed me another way of living, another way of being. Thank you VERY much.

Ahora ya puedo empezar Hoy ha sido un día raro. Abandonaba mi casa en Lauder, ese pueblecito de Escocia que supongo que hoy se estará recuperado del Common Riding. Hay una emoción que me lleva acompañando muchos años y que me suele pasar en coches, aviones, autobuses, barcos, … Tristeza. Esos primeros minutos en los que te alejas de ese lugar que, por lo que sea, te ha hecho sentir especial. Me solía pasar cuando dejaba el pueblo después de esos veranos, por ejemplo me pasó cuando me iba de Kozani (Grecia) y hoy me ha pasado. La verdad es que he pasado unos días fenomenales, un poco extraños, pero fenomenales. He aprendido costumbres británicas, he compartido su casa, su mesa y su fiesta mayor y he disfrutado un montón. Por eso en los primeros párrafos quería dar las gracias a “mi familia de acogida”.

Hoy ya estoy en Edimburgo, y hoy ha acertado la predicción meteorológica. Hoy ha llovido, y me ha pillado en mitad de la visita al castillo de la ciudad, y sin chubasquero (sólo con una chaqueta shower proof, pero que ha aguantado bien). Así que parada estratégica en un lugar cubierto poco transitado y a comer. Luego ya me he ido al museo militar y ahí me he pasado leyendo cosas sobre el ejército escocés un buen rato hasta que ha amainado.

El castillo ha estado bien, de la caminata que pretendía hacer me he olvidado (claro), pero de nuevo lo mejor han sido las actuaciones callejeras que he estado viendo (y lo peor el helado que me he comprado… me esperaba algo mejor). Las calles del centro de Edimburgo cuando están estos festivales son geniales. Ha sido un poco una repetición de lo del viernes, pero hoy a mi ritmo, a mi bola, disfrutando “a mi manera”. Me encantan cómo estos artistas mueven e involucran al público, cómo consiguen sorprenderte y qué velocidad de reacción tienen para lo imprevisto. Es una maravilla. De hecho por la tarde he visto a un canadiense que respondía y tenia puñales para todo el mundo. Veo que muchos de estos recursos son repetidos, pero es maravilloso verlo. El hombre de la escalera (que ha acabado en gallumbos, pero se ha puesto gafas de sol…) ha sido muy divertido y sorprendente.

Todavía no me he ido de Escocia, pero mañana empiezo ese tour de tres días por las Highlands. Tengo la sensación de que estos cuatro días me han metido mucho más dentro las raíces escocesas que los diez anteriores las inglesas. A día de hoy me siento un poco más escocés que inglés. Pero como diría aquel… un poco más British. La verdad es que he probado y hecho bastantes cosas típicas de por aquí. He conocido a un montón de personas y todos me han trasmitido (¿será por el acento?) ese sentir escocés. ¡Genial!

Por cierto, normalmente no recuerdo los sueños que he tenido (acostumbro a decir que apenas sueño, y cuando me acuerdo mejor no contarlo…), pero esta noche me he acordado. He soñado con compost. Y todo a raíz de la papelera de residuos orgánicos que tenían en la casa para hacer su propio compost (que mágicamente se transformaba en tiras de compost para plantar sobre ellas).

Esta noche más cosicas, pero tendrán que ser lights, porque se me acaban las pilas.

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