Boda en Aínsa - Julio & Elvira
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Boda Julio y Elvira - Miky - Miguel

Cada vez que voy a una boda no-normal me parece que son las que más se alinean conmigo. Después de haber firmado como testigo una vez en el registro, tocaba la firma de verdad. “Hola majos, qué tal. Pues venga, que ya estáis casados”. Más o menos fue así, rápido, indoloro y con anécdota de las buenas. Una firma, unas fotos, y ala, para casa, que lo bueno estaba por llegar. Lo bueno llegaba en forma de finde en Aínsa.

No me puedo resistir a contar un poco los detalles de la organización. Aunque en el fondo es muy fácil. Los novios reservan unas cuantas casas rurales donde estuvimos durmiendo todos los “invitados”, todas en torno a una especie de patio, así podíamos estar todos juntitos y revueltos (y con fresco, claro). Nosotros íbamos con las manos vacías, y allí lo único que había que aportar era trabajo.

Un poquito de trabajo para mover mesas, preparar las brasas, recoger mesas o limpiar cubiertos y platos. Unas actividades agotadoras, desde luego. Pero a cambio tienes un fin de semana que se acerca a la perfección. Conocer gente nueva durante dos días es una maravilla (o desgracia para ellos, dudo que sea recíproco xD), cada uno tenía algo a su gusto. Y todo el mundo era bienvenido en todos los sitios (incluyendo el perro-patada de cuyo nombre no me acuerdo y que salió con un buen chichón… hay que ser…).

Noches hasta las mil. Congas para despertar a los novios en la noche nupcial. Un entorno natural envidiable a unos pocos kilómetros de Aínsa. Juegos variados tales como: Juega a “fútbol” con el Señor S y pierde tu pierna, la p*** abuelita barbuda, el Jungle Speed, darle a la guitarra e intentar cantar, Furor, o encender el Sing Star a las ¿4? de la mañana con mucha fé de que vamos a aguantar despiertos.

Personajes curiosos como el perro-patada. El Señor P, con foto panorámica del momento, en el sofá. Los cuñados buenrollistas pero lentos de reflejos cuando están cerca de la abuelita barbuda. Los Amantes de Teruel. El grupo de “va a ir a caminar Rita, nosotros cruzamos la carretera y ya”. Los señores desertores que duermen en la casa donde se monta la fiesta y no aguantan hasta el final, pero que disfrutan de una buena cena :P Y también con personajes ausentes. La Señora B que no pudo venir. El Señor C (de cabrón) tenía que estar jugando con otros niños a los cochecitos. El Señor A que apenas me dejó dormir con él unas horas… Siempre falta mucha gente. Pero, oye, para la próxima.

A ver, un consejo, la próxima en verano, que mucha gente no podrá venir porque estará de vacaciones, pero los que estén(mos) al menos tendremos menos frío y más piscina. Muchas gracias a novios (en especial por esa charlita sincera con nocturnidad y sin alevosía). Y muchas gracias al resto, que, aunque seguramente la mayoría nunca leerán esto, han sido parte importantísima de esta fiesta para celebrar que Julio y Elvi se habían casado.