Descubriendo otro Budapest
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Budapest 2014 - Miky - Miguel

Después de haber pasado unos días en Viena, museos, palacios y caminatas; tocaba pillar un tren y bajar hasta Budapest. Una mujer muy amable me contó un montón de cosillas y sitios que podía visitar. De hecho hasta casi me metía miedo respecto a la inseguridad en Budapest, pero realmente, en ninguna de las dos visitas he tenindo ningún problema. Dos visitas. Si en la primera visita tuvo cabida la versión divertida y nocturna de la capital de Hungría, esta vez tocaba la parte más cultureta.

Incluso en estos años (dos?) toda la zona turística de Budapest la han mejorado poco a poco (y siguen con obras…). La verdad es que la visita es obligada. Es una ciudad bonita, barata y divertida, sin duda una de mis favoritas. Es sucia, ruidosa y, a veces, maloliente. Pero tiene un encanto diferente. Tiene diversión y alternativas a raudales, y toda la zona de Buda es, simplemente espectacular. Después de haber estado en Viena sin haber visto el Danubio salvo desde el tren, ahora por fin podía cruzarlo por el Puente de las Cadenas. Realmente me daba igual, pero ¿qué es una gran ciudad sin un gran río?

Realmente de esta visita, además de las vistas del parlamento (que de nuevo no he visitado por dentro, y parece que se puede), recuerdo algunos sitios para comer realmente carismáticos (y los helados!). Al final mucha caminata. Zona comercial. Zona turística. Zona de la Plaza de los Héroes. Y por el medio basílica, sinagoga, ópera, … Todo rodeado de un cierto ambiente con sabor a “este”. Edificios grandes, imponentes, en mitad de una avenida importante. Pero desconchados, pintados hace 50 años, y con un abuelete en camiseta interior sucia asomado a la terraza.

Casi sin darte cuenta la segunda etapa del viaje desaparecía. Entre helado y helado. Cogiendo poco a poco más confianza con la cámara réflex. Y estirando las piernas por la noche después de buenas caminatas. Por cierto, un sitio para comer llamado “papa frica” o algo así, magnífico. Barato, cantidad y bastante escaso de calidad. Arroz, chicha empanada y ensalada. ¿Para qué más?