París [Día 3] - Cansado no, lo siguiente... y todavía no ha terminado el día
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Hoy creo que ha sido uno de esos días en los que las cosas han salido un poco torcidas. Pero si todos los días torcidos son como hoy… pues sería bastante feliz, jejeje. Hay gente que se echa para atrás cuando se habla de viajar solo, pero a veces las cosas son muy sencillas. A veces es cuestión de suerte, de que te toque la habitación adecuada, o sentarte en la mesa correcta, pero anoche salió un mini plan, que ha derivado en fiesta para hoy. Simplemente por “no decir ‘no’”. Da igual quién lo proponga, normalmente suele ser un buen plan.

Vale, exagero, a veces es bueno “decir ‘no’”, por ejemplo esta mañana. Mi idea era ir a ver el Museo d’Orsay, y tengo bastante claro que si iba con gente (que desconozco), seguramente me viera en la tesitura de ir a mi bola, o no disfrutar por ir a la suya. Así que otra ventaja de viajar solito… es autistarte y pasarte la mañana entera en el museo. Si en el Louvre os comentaba que me cabreaba ver a la gente pasar de auténticas maravillas… lo retiro. En el fondo era genial, porque eran todas para mí. Lo de hoy era diferente, menos gente (también el museo es más pequeño), y por lo visto todos disfrutando de las obras de arte (o la mayoría, o eso parecía). En general un buen ambiente, quitando la mini-bronca por haber sacado la foto a ese cuadro de Sisley que me habían pedido, y por que se ha activado algún tipo de alarma y se han cerrado las puertas de la galería. No sé de dónde habrán salido esas puertas correderas, pero si pillan a alguien en medio lo chafan por la mitad. Nos hemos mirado entre todos los visitantes con miradas de (o eso imaginaba yo): “aquí hay un ladrón y yo no soy”.

Del museo me he sorprendido de Rodin y Van Gogh. Del primero debía haber visto las esculturas equivocadas, y del segundo… las obras en directo ganan muchísimo más que en los dibujos. Siempre pensaba que estaba sobrevalorado… y retiro lo dicho. Es impresionante. Uno de mis “cuadros favoritos” estaba prestado, pero con la colección que hay en ese museo he tenido para disfrutar unas cuantas horas. Después me he ido a la Saint Chapelle, he pasado el control de seguridad, he llegado a la entrada… ¡y estaba cerrada! Porque eran las 16:30 en punto y cerraban media hora antes de las 17:00. Nos ha pillado a tres grupos de turistas y nos hemos quedado rotos… además un control de seguridad modo aeropuerto, nada de mirarte bolsa y tal… Lo siguiente era ir a una heladería que estaba cerca… y también cerrada.

Así que en vista de que no era mi día, cada día creo más en esas cosas (mal feeling = malas decisiones = no es tu día), he decidido pasear un poco y volverme al hostal. Por el camino he descubierto la zona de la Bastilla (que no pensaba visitar) que está llena de vida (de muchos tipos), la verdad es que me ha gustado. No pensaba quedarme, pero me he metido por las calles y al final me he parado a tomar un chocolate con wifi y mandar besos y saludos desde aquí. Ahora ya estoy en el hostal y parece que la noche va a ser larga. ¿Mañana? Será otro día. Ya veremos qué hago, puede que me quede sin visita, así que puede que vaya a Chartres, o puede que decida descansar y leer y pasear muy poquito, o puede que decida ver un par de cosillas que me apetecen.

Esto se acaba, pero está siendo genial.

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