Miguel Julián
por Miguel Julián
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Muchas películas de ciencia ficción arrojan mundos futuristas que se han demostrado bastante alejados de la realidad, pero en el caso de Minority Report muchas veces me sorprendo a mi mismo diciendo un: Sí, como en Minority Report. Una de las escenas que más me impacta cuando la veo es cuando entra en una tienda y se ve que la publicidad es totalmente personalizada. Pues bien, al menos en internet eso ya es una realidad.

Un producto tiene un prototipo de clientes que en un porcentaje muy amplio son los que van a comprar o contratar el producto. Así que, en muchas ocasiones, es perder tiempo, dinero y recursos el hacer llegar tu publicidad a un sector de la población que casi seguro que no va a comprar tu producto. Esto se ha intentado hacer siempre, de hecho los diferentes anuncios en televisión según franjas horarias lo demuestran, pero ¿qué pasa en internet?

Facebook: sabe hasta si nos hemos roto un tobillo

Colgamos en Facebook hasta cuando nos rompemos el
tobillo

Hasta la llegada de internet las empresas realmente sabían muy poco de sus clientes, pero en la actualidad hay dos gigantes que conocen mucho de medio mundo. En Facebook (y se pueden incluir otras redes sociales, incluso Twitter) uno libremente cuelga información sobre uno mismo. Para empezar saben si somos hombres o mujeres, cuántos años tenemos y si tenemos pareja. Pero todavía pueden saber mucho más.

Depende de las aplicaciones que utilices o de tus propias publicaciones la información que guarda Facebook sobre nosotros mismos es inmensa. Sabe si te gusta viajar o no (¿acaso no subes fotos?), de hecho sabe tus preferencias a la hora de viajar. Sin problemas será capaz de decirte cuáles son las películas que más te gustan, o incluso si eres una persona aficionada a la lectura. Y si juntas todo eso en una batidora, sin problema pueden adivinar tu nivel económico.

Facebook es capaz de ajustar mucho el perfil de cada no de sus usuarios, y de hecho eso lo aprovecha a la perfección a la hora de mostrarnos su publicidad. ¿Dónde sino puedes encontrar un servicio que muestre tu información sólo a hombres con pareja de 50 años? Todavía no nos hace una publicidad hablada, pero si lees uno de sus anuncios, siéntete un poco como en Minority Report.

Google: la información es poder

Google controla mucha información

A estas alturas del artículo ya te vas a imaginar por donde va a ir esta sección. Ya ha habido muchos debates acerca de la información que guarda Google sobre nosotros; de hecho en algún comentario he leído ese y ahora me piden lo único que Google no tenía, mi móvil. Me niego.

En mi caso, casi me llega a asustar todo lo que podría llegar a saber sobre mí. Sólo con mi Google Calendar ya saben más que yo mismo sobre mi propia vida, no hace falta que suba fotos, ya saben cuándo y a dónde me voy de viaje. Saben dónde trabajo e incluso si algún día estoy especialmente vago. Con ese ejemplo, no merece la pena comentar Gmail o Google+ o incluso Google Docs, porque ya el círculo se completa.

Por ahora Google muestra anuncios adaptados al contenido de la página que estás viendo, y no anda muy desencaminado. Si estás viendo una página sobre bicicletas es muy probable que te interese comprarte un cronómetro-pulsómetro. En este caso tu no le das abiertamente la información, pero si combinaran anuncios contextualizados y tipo de usuario definido… la cosa cada vez es suena mejor.

Visa se va a unir al carro, ¡a temblar!

Tarjetas de crédito

Pero de toda la información que alguien puede tener sobre nuestras personas, seguramente la más valiosa sea saber dónde y cómo gastamos nuestro dinero. Por mucho que sea un hombre, joven, con pareja y trabajador con empleo, no compraré tu producto si nunca he comprado en internet. Seguramente no merece la pena que pierdas tu tiempo conmigo.

Nuestras transacciones económicas dan un perfil de lo importante, de lo que quieren las empresas que se anuncian (normalmente), un perfil de nuestro dinero. Saben dónde gastamos el dinero, cuánto podemos gastarnos e incluso en qué acostumbramos a comprarnos nuestros caprichitos. ¿Toda esa información sin utilizar?

Pues no. Parece que VISA tiene en proyecto un servicio de anuncios personalizados en función de los movimientos y compras que realizamos con la tarjeta. De hecho hasta saben dónde estamos y cerca de qué establecimientos nos encontramos. Estamos llegando a unos límites de personalización que asustan, y es que, como pasa a veces en Minority Report, el futuro asusta.

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Artículo extraído de Genbeta.