Andorra, en verano
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Andorra 2014 - Miky - Miguel

Te montas en el coche, vas hacia la derecha, y después hacia arriba. Te comes un buen atasco en forma de aduana y cambias de país. Se supone que yo había estado de pequeño por ahí, pero realmente apenas lo recuerdo. Pasas de una carretera nacional bastante estrecha y sencilla a un país lleno de infraestructuras que conectan las pocas poblaciones que hay. Pues parece que aquí hay dinero (que se lo digan a Puyol, que justo acababan de destapar sus cuentas por esos lares).

Por lo visto la gracia de ir a Andorra es hacerlo en invierno. Pero por lo visto hay otro tipo de turismo, mucho más de mi gusto, para hacerlo en verano. Lo que en invierno son estaciones de esquí ahora son lugares de actividades y ocio. Excursiones, bajada en BTT, quads, todoterreno hasta ibones, golf, … las alternativas de ocio son infinitas. Y todo mientras no paras de escuchar y leer puertos famosos del Tour de France y de La Vuelta. Hay que estar un poco loco para subir por ahí en bici… si el coche va en segundica y apurado.

Pero no sólo actividades. Cultura. Ermitas, un santuario, paseos con encanto y hoteles. Muchos hoteles. Pero sobre todo, ¡tiendas! Pero qué oda al consumismo. Gente entrando a las tiendas sin parar de comprar cosas. Perfumes, botellas enormes de licor (al parecer es una por persona lo que te permiten), chocolate, cámaras, móviles, de todo. Y a precios buenos… pero no tan bárbaros como para perder el tiempo ahí en lugar de perder algo de dinero para coger un telecabina y subir a una estación de esquí y respirar aire puro (como dice la gente).

Lo admito. Caí en el consumismo. Pero unos gallumbos de Dragon Ball merecían la pena =) Por lo demás, todo va con un ritmo tranquilo. Muchos coches, mucha gente, pero muchas alternativas así que pocas aglomeraciones. Un pequeño kebab recién abierto espectacular. El kebab enorme y de calidad. La gente amable… muy amable… y también un poco torpe. Madre mía que descontrol. Si Chicote levantara la cabeza.

Un entorno natural muy bonito en las estaciones de esquí (aunque hubiera campos de golf ahí arriba!). Infraestructuras bastante buenas. Ciudades con servicios muy cerca de las excursiones. Un buen lugar. Pero malos pensamientos cuando piensas la cantidad de dinero que la gente se deja ahí, principalmente comprando tonterías. Bueno, cada uno sabrá lo que hace con su dinero y su tiempo.