París [Día 0] - Un mal feeling que deja paso a una buena señal (y una sorpresa)
Miguel Julián
por Miguel Julián
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Ya en París, ya en el hostal. Ya con un sitio donde venir a dormir (aunque todavía no tengo tarjeta para entrar en la room). Ya en mi pequeña zona de confort. La verdad es que el hostal es bastante grande, muy nuevo, las habitaciones con camas con cortinilla, enchufes y luz individual… ¡y no hacen ruido! Por lo visto los compañeros de habitación que conozco son un chico de Corea del Sur (de nombre… pues uno) y una chica rubia de aspecto alemanizado con cara de quererme matar y que no para de toser (no sé yo si pasa de esta noche). Volver a un St. Christopher’s mola mucho, y este que es más nuevo… mucho más. I miss London!

Decía en el título de la entrada que había tenido un mal feeling… y así ha sido. Cuando ya estaba aquí en Francia, montado en el autobús para venir hacia París me ha venido un pensamiento raruno. La verdad es que este viaje ha aparecido demasiado forzado, en cierto modo me he obligado a aprovechar estos tres días de vacaciones y quitarme esos pensamientos de “estar prisionero” de la cabeza. Francia me ha recibido con una niebla-lluvia curiosa, y después de congelarme un poco, ya en el autobús he sentido que esto de venirse solo unos días a París era una tontería, que era forzar la máquina.

Pues parece que no. Cuando me empezaba a quedar frito he notado un golpecito en el brazo. He abierto los ojos y ahí estaba un pedugo con gafas azules esnucado contra mi brazo (mullido estaría, claro). He mirado a su madre, he sonreído (en el fondo esperaba que se lo llevara para su lado) y me he vuelto a intentar dormir con el chaval durmiendo ahí. Y según he cerrado los ojos he recapacitado un poco. Eso mismo que me había pasado (odiar a la familia española, y adorar al pequeño mocoso) no me habría pasado… desde luego lo considero como una buena señal, un buen presagio.

Hoy la idea era venir a París, ver la Torre Eiffel y llegar al hostal, y he hecho las tres cosas. Si la noche hubiera sido un poco mejor y no tuviera que hacer subir hasta la cuarta planta al de la recepción me habría apetecido pasear por aquí (¿La Villette?) Pero me he encerrado en mi cama y me ha entrado un poco de inspiración. Habrá que acabar esto y ponerse con alguna otra cosa… Por cierto, la chica la ha debido palmar, hace un buen rato que no tose………..

Pero antes de terminar, explicar eso de “Low Expectations” que me comentabais en Facebook. La idea no es mía, de hecho tampoco es del que me la comentaba (el Sr. A2) pero la he cogido, adaptado y utilizado a mi manera. Y es abrumadoramente sencilla y útil. Ejemplo de cine. Vas a ver un peliculón sabiéndolo de antemano y tampoco te parece tan buena… vas a ver una peli tonta y mala y pareces disfrutar el doble. Vas a Londres, esperas una ciudad con mucha gente, muy diferente, muy divertida. Esperas edificios chulos. Esperas cochazos por las calles. Esperas conocer a algún famoso. Esperas… esperas… esperas… ¡Error!

Cuanto menos esperas de algo (e incluso de alguien) más te va a sorprender. Y aún diría más, cuanto menos esperas de algo, más oportunidades le das, más te concentras en apreciar los pequeños detalles que a la larga te van a conquistar. He de admitir que me resulta muy difícil, la mente se lanza… pero me gusta pararme, pensarlo y dejar que sea ese algo o alguien lo que me sorprenda. No puedo contar mucho más (sí, pero aquí y hoy no), pero es que es tan sencillo y útil que da mucho que pensar.

Por último mi pequeño corolario. Seguramente sea muy personal, pero allá va. Además de Low Expectations, High Effort. Cuanto más te cuesta conseguir algo, llegar a un sitio, besar a alguien, más lo disfrutas. Esta misma tarde recordaba par de ejemplos del viaje por UK+Irlanda: El hostal de Bath era horrible, pero creo que la cuesta que tuve que subir (en la que e dejé el alma varias veces) hacía que llegara a ese barracón y me sintiera bien, en casa, cómodo y seguro. Stonehenge puede resultar decepcionante, pero todo el aura que rodeó esa aventura lo convirtió en algo especial. No poder ir en viaje organizado me dejó ir a un pueblucho, verlo aparecer mientras andaba unos kilómetros por un arcén, y volver con “dedo” incluido, todo eso lo convirtió en algo especial que disfruté al 100% y que no se borrará de mi cabeza.

Ese High Effort lo intento llevar con cuidado. Porque se puede volver en tu contra, porque te puede hacer convertirte en un ser un poco masoca que intenta hacer todo difícil. Pero ese Low Expectations es maravilloso. Llegar a un sitio y disfrutar simplemente de lo que es, de lo que sientes. Por eso últimamente intento preparar la cabeza y no el viaje. Está claro que algo hay que mirar para buscar algo que se puede convertir en una experiencia única, pero lo que intento hacer es coger sintonía con la ciudad a la que voy. Lo conseguí bastante bien en Liverpool con la música, en Londres y en Newcastle, pero de nuevo la idea es volver al Low Expectations, ni siquiera quiero pretender encontrar esa sintonía. Si viene, vendrá. Y es más probable que lo haga si no tengo ideas prefijadas.

Gracias por leer mis idas de cabeza. Intento que esto me sirva a mí mismo, pero no puedo negarme ante la evidencia de que me alegro cuando veo que alguien me comenta que lo lee. Que por lo visto es más gente de la que pensaba (incluida la Sr. Y, gracias por la mini-charla).

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